Adaptar proceso productivo a cambio climático es un reto de la agricultura venezolana

Barquisimeto, 10 Feb. ABN.- Uno de los retos del sector agrícola del país consiste en adaptar los nuevos procesos productivos a los cambios climáticos que experimenta el planeta, especialmente en el territorio venezolano.
Este punto de vista lo sostuvo la investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (Inia) con sede en Maracay, estado Aragua, Mercedes Azkue, durante una visita realizada a Barquisimeto, estado Lara.
Uno de los retos de la agricultura venezolana radica en aprender a manejar el recurso agua, a partir de los cambios climáticos que vivimos en la actualidad como consecuencia de los nuevos fenómenos que se presentan en el planeta, expresó Azkue.
Dijo que para estos fines se debe sensibilizar más a los actores presentes en el proceso productivo agrícola, tanto el privado, público y mixto, como a las comunidades agrícolas sobre la problemática del cambio climático.
Especialmente sobre la consecuencia de la escasez de agua, elemento vital para los procesos productivos de la tierra. En ese sentido aseveró que el buen manejo del agua por parte de los actores productivos es indispensable.
Estas declaraciones las emitió Azkue durante su participación en la instalación de las mesas técnicas del Plan de Desarrollo Sustentable Yacambú-Quíbor, programa impulsado por el Gobierno bolivariano.
Este persigue como propósito el desarrollo productivo sustentable del Valle de Quíbor, a partir de la construcción del Proyecto Hidráulico Yacambú-Quíbor, que se erige entre las montañas del municipio Andrés Eloy Blanco (Sanare) y el Valle de Quíbor (Jiménez), ubicado a unos 120 kilómetros de Barquisimeto.
La culminación de esta represa, prevista para el 2011, incrementará a mediano y largo plazo de 2 mil 778 litros de agua por segundo a 10 mil 158 litros de agua por segundo el Valle de Quíbor, una de las zonas de producción hortícola más importante del país donde poco llueve durante el año.
Este proyecto hidráulico permitirá, además, aumentar las hectáreas cultivadas anuales de 4 mil 900 a 39 mil hectáreas. También incrementará la producción agrícola de 120 mil toneladas métricas a 970 mil toneladas métricas de alimentos.
Para lograr estos fines es indispensable un manejo racional del agua que producirá esta represa, en virtud de que los problemas ocasionados con los cambios climáticos podrían retrasar un poco el llenado del embalse.
Por esta razón es necesario aprender a usar de manera más consciente el agua que producirá esta represa, una de las más importantes para el desarrollo productivo agrícola del estado Lara y del país.
El desarrollo en el Valle de Quíbor implica el manejo de la propiedad social de la tierra, el cuidado integral ecológico y ambiental de la zona, así como la incorporación de las comunidades a través del desarrollo de comunas socialistas.
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